A continuación se presentan las conclusiones sobre un estu-dio comparado que a principios de los noventa desarrollaron los profesores Koldo ECHEBARRÍA y Carlos LOSADA de las estrate-gias de modernización administrativa de EEUU, Francia, Reino Unido y Suecia, con algunas pequeñas modificaciones y correc-ción de errores. El estudio comparativo se público en 1993, por la Generali-tat de Catalunya bajo el título: «Institucions i métodes per millo-rar el funcionament de l'Administració Pública». Es importante reseñar que en él se buscaban más las coinci-dencias que las diferencias (que eran abundantes) con la finali-dad de elaborar posibles hipótesis de aquellas medidas que podían ser de utilidad para una eventual aplicación a la Admi-nistración pública de la Generalitat de Catalunya y al diseño de una posible política de modernización. Por tratarse de unas conclusiones no se recogen ni sus fun-damentos ni las matizaciones que se encuentran en el cuerpo de la publicación mencionada. También en él se analizaban cla-ros componentes de divergencia (aun no siendo objeto del mis-mo) como lo era la finalidad política e ideológica de los diversos intentos de mejora: en unos casos «apuntalar» las con-quistas del Estado del Bienestar, en otras reducir este Estado tanto como fuera necesario para instaurar modelos basados en una concepción liberal. I. Introducción Ruptura del modelo tradicional La década de los ochenta ha marcado un punto de inflexión en el desarrollo de la función y la dimensión de las Administra-GAPP n. 8 7-8. Septiembre 1996 / Abnl 1997 dones públicas. La fuerza de las circunstancias económicas, polí-ticas y sociales, ha acabado por romper la inercia expansiva de las bu-rocracias públicas y su alejamiento progresivo de la sociedad. Hemos asistido a la aparición y puesta en práctica de concepciones alterna-tivas para satisfacer el interés colectivo, más eficientes en el con-sumo de recursos sociales y más responsables y respetuosas ante los ciudadanos. Las Administraciones públicas han sufrido, en los últimos años, un replanteamiento radical de sus parámetros tradiciona-les de buen funcionamiento. De estar protegidas por la hipó-tesis de tener que compararse únicamente con su propio pasado, han quedado expuestas a la competencia de otras Ad-ministraciones en una sociedad irreversiblemente abierta e internacionalizada. Factores de responsabilidad pública como la formación de los ciudadanos, la disponibilidad de infraes-tructuras, el régimen fiscal, la existencia de servicios públicos de calidad y, sobre todo, la certeza y la agilidad en las relacio-nes con la Administración, han tomado un valor esencial en el momento de evaluar el potencial de progreso y bienestar de una sociedad. Actualmente, es común reconocer, y más aún en el espa-cio sin fronteras de la Comunidad Europea, que las Administracio-nes públicas, con sus políticas y sus formas de comportamiento, representarán el próximo siglo, una de las fuentes del diferen-cial competitivo entre las naciones, el hecho de no disponer de una Administración moderna, eficaz y eficiente puede tener un coste elevado en términos de competitividad y de capacidad de gobierno y liderazgo de la sociedad. Nuevo paradigma Cada vez es más evidente que el reto que representa un cambio como el que se describe no se puede emprender en el marco de gestión que ofrece el paradigma tradicional de la Ad-95
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Losada Marrodán, C. (1997). Procesos de modernización de las Administraciones Públicas. Contenidos y estrategias de reforma. Gestión y Análisis de Políticas Públicas, 95–101. https://doi.org/10.24965/gapp.vi7-8.96
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