IntroducciónSalimos al recreo y jugamos en el patio. ¿A qué? ¿Con quién?,¿Dónde?,¿Cuántas veces jugamos?, ¿Con cuántos niños? ¿Es realmente el recreo un tiempo educativo? ¿hay alguna planificación de los recreos? ¿Es realmente, y en la practica, el recreo un tiempo educativo?Este es el punto de partida de este artículo. Pero ¿Por qué este artículo en Retos? En la anterior Revista, os pedía en la editorial que los MAESTROS participaseis con vuestras experiencias, proyectos o artículos de opinión. Alguien me ha dicho que es más fácil pedir que dar. Bien. Voy a dar ejemplo.Me atrevo y soy tan solo un Maestro especialista en EF que imparte 24 horas lectivas en todos los cursos de Primaria en un gran colegio de CantabriaTenemos en el Colegio Público “Marqués de Valdecilla” de Solares (Cantabria) un magnifico patio con una pista polideportiva, una bolera, una cancha de baloncesto, un foso de arena, una zona de juegos infantiles y arenero, una zona agreste denominada el Risco, un campo de fútbol grande (el campón), tres mini-campos de fútbol con sus correspondientes porterías, rincones, rocas, árboles: encinas, laureles, castaños, robles, hayas, moreras, nogales y 30 plátanos de gran porte. Lugares donde esconderse, vivir una aventura, relacionarse y disfrutar.DiagnósticoHagamos esta pregunta: ¿A qué es lo que más se juega en el patio de recreo? Seguramente si preguntamos esto, veremos que el fútbol se lleva la palma. Además suele haber comportamientos agresivos, mucha competitividad, exaltación de los mejor dotados, carencia de cooperación, pocas estrategias, mucho individualismo, poca valoración del compañero, nula creatividad, escaso desarrollo de tácticas o estrategias, excesivo sexismo, y un amplio etcétera de situaciones y comportamientos poco educativos.
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Mazón Cobo, V. (2015). Los recreos más divertidos. Retos, (8), 33–42. https://doi.org/10.47197/retos.v0i8.35069
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