En 1629, María Ana de Austria se casó con su primo, el futuro emperador Fernando III, y su hermano Felipe IV le despidió instruyéndola para que fuera su «mayor embajadora» en la corte imperial. Así nació un orden político muy original: el Rey Católico mantenía un embajador ordinario y extraordinario en Viena, pero este papel mediador fue reforzado por la presencia de María Ana y su casa. Aquí se analiza el desarrollo de ambos espacios de comunicación política desde dos ángulos distintos: primero, el impacto de una casa real española en Viena, su grado de integración y de influencia social, espiritual y artística. Segundo, se explora el rol individual de la emperatriz María Ana como consejera de su marido y mediadora de sus parientes españoles. Una cuestión final asalta: ¿actuó ella como portavoz de Felipe IV o como una figura independiente?
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González Cuerva, R. (2019). Mi mayor embajadora: la Emperatriz María Ana de Austria, agente española en Viena. Manuscrits. Revista d’història Moderna, 38, 91–108. https://doi.org/10.5565/rev/manuscrits.227
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