El lago Atitlán recibe aguas residuales que deterioran su calidad y amenazan la salud pública, 100,000 personas utilizan el lago como fuente de agua, sin potabilización-. Las floraciones de cianobacterias en 2009 y 2015 muestran la degradación y la gravedad. Existen 19 plantas de tratamiento de aguas residuales no diseñadas para remover patógenos y nutrientes. Para mejorar la gestión de las aguas residuales existen tres opciones: (1) tratamiento de aguas residuales: lodos activados y procesos de remoción de patógenos, nitrógeno y fósforo a niveles requeridos; (2) manejo integrado de aguas residuales, con reuso en agricultura, como las dos plantas en Sololá operadas por más de 20 años; y (3) trasvase de las aguas residuales fuera de la cuenca con colector subacuático, generación de hidroelectricidad, tratamiento y reuso en agricultura. La sostenibilidad se comparó mediante análisis de costos de inversión, operación y mantenimiento; valorización para hidroelectricidad, fertilizantes y disminución de la huella de carbono. Resultados: la opción (1) no es posible, las tecnologías requeridas no existen en Latinoamérica; la opción (2) es más costosa y difícil que la opción (3) de trasvase. Para la opción (3) existe experiencia en diseño, construcción, y operación y mantenimiento, y se puede producir 5 MW de electricidad y el reuso en agricultura con 788,000 kg/año de N y P. El trasvase ha funcionado en varios países y en Guatemala ha sido implementado desde hace 50 años para proteger el lago de Amatitlán, pero el proceso no fue completado y hoy el lago está contaminado.
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M. Oakley, S., & Saravia, P. (2021). Manejo integrado de aguas residuales dentro y fuera la cuenca del Lago Atitlán. Agua, Saneamiento & Ambiente, 16(1), 46–63. https://doi.org/10.36829/08asa.v16i1.1096
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