Este artículo tiene como objetivo mostrar la fecundidad de la noción de ipseidad o sí en el dominio de la psicopatología. Las nociones de sujeto o yo que han sido utilizadas desde Descartes para describir al ser humano, han llevado a pensarlo según el modelo de un ser sustancial e inalterable. Por el contrario, la filosofía contemporánea, especialmente con Heidegger, ha elaborado una concepción muy distinta del hombre como un ser esencialmente temporal y relacional. Lo que constituye fundamentalmente el Ser del hombre no es, por tanto, la presencia de un nudo invariable de la personalidad, sino, por el contrario, el conjunto de las relaciones que anuda con el mundo y con los otros que, a cambio, lo definen. La noción de ipseidad concreta, por lo tanto, el carácter reflexivo del ser humano. Como a su vez lo muestra Paul Ricoeur, la identidad del ser humano es fundamentalmente una identidad narrativa, es decir una identidad que se constituye a través de los avatares de una historia. Lo que es profundamente alterado en la psicosis es precisamente esta apertura y estructura de acogida que es la ipseidad. Por lo tanto, lo que se trata esencialmente de restaurar por medio de la terapia es la capacidad de constituirse como un sí a través de la duración y abrirse, de esta manera, a la imprevisibilidad del acontecimiento.
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Dastur, F. (2015). La ipseidad: Su importancia en la psicopatología. Universitas Philosophica, 32(64), 251. https://doi.org/10.11144/javeriana.uph32-64.iipp
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